Volviendo al artículo de Wesh, insinúa como los estudiantes se pueden encontrar en un situación distinta, más provechosa, y en donde la enseñanza puesta en los formatos actuales se encuentra fuera de lugar y puede representar el mayor obstáculo para el aprendizaje. El sistema educativo se encuentra en una crisis y más aún en una crisis dinámica influenciada por la incorporación de las tecnologías.
Aquí pareciera que la respuesta es la creación de un ambiente de aprendizaje que lleve a producir el tipo de preguntas (significativas y relevantes)que crean estudiantes a lo largo de la vida, en lugar de expertos en atender las pruebas.
Por otra parte, se encuentra nuestro querido profesor, que ahora también tendría que salir de su “zona de seguridad” y explorar nuevas formas de acompañar a los estudiantes. ¿cuáles son las herramientas que estamos entregando a los profesores para asumir este reto? ¿hemos pensado en estrategias efectivas para generar nuevos procesos de comunicación y producción en una aula totalmente reconfigurada en otro esquema de trabajo?. Si un objetivo es traer de regreso el sentido al salón de clase, ¿las narrativas en las que estamos pensando recogen lo micro y lo macro, lo personal y lo global?. Si contestamos esa pregunta y los estudiantes son capaces de reconocer la importancia en ayudar a dar forma al futuro de esta sociedad crecientemente global interconectada, ¿el problema de sentido realmente desaparece?. Finalmente quiero invitarlos a pensar y actual al rededor de una reinvención de la forma en que vivimos y planeamos nuestro mundo.
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